Tu terraza, un pequeño oasis de paz y tranquilidad. Un lugar al aire libre sólo para ti. ¿Y si pones la guinda a estos agradables momentos acompañándolos con plantas y flores? Verás que es muy fácil y ¡te sabrá a gloria!
No hay nada que apetezca más que abrir la puerta de tu terraza y que te invada una ola de vida y naturaleza. Si cierras los ojos un poquito y te dejas llevar, incluso puedes imaginarte en el campo, entre árboles con historia y sintiendo como el olor a hierba mojada te dice “Relájate, este es un momento sólo para ti”.
Los más incrédulos dirán “No es nada fácil conseguir una terraza llena de flores preciosas”. Pero, no te preocupes, sólo necesitas ganas, conocer algunos truquitos y asegurarte que en tu terraza entra luz solar suficiente.
Cuando elegimos un cuadro, lo miramos y lo remiramos hasta que damos con el que más encaja en nuestro hogar. Y, al llegar, estamos horas para decidir dónde lo colocamos. ¿Y si lo hacemos también con las flores?
Las flores y plantas nos ofrecen un enorme abanico de posibilidades para decorar nuestro balcón y convertirlo en la envidia del barrio. No sólo puedes combinar los colores, tamaños y tipos de plantas, además, puedes jugar con su disposición: crea un jardín vertical usando una estantería y llenarás de verde toda la pared, diseña un rincón con diferentes tipos de maceteros para conseguir un efecto más dinámico o usa la barra de tu balcón y enróllale una enredadera. ¡Tendrás una terraza para enmarcar!
“Uy, se ha acabado el tomillo”. ¿Te imaginas que fuera tan fácil como salir a tu terraza y cogerlo? Nada de tener que vestirte y bajar al súper. ¿Te lo imaginas? Nada más lejos de la realidad si creas un pequeño huerto en tu terraza.
Tomateras, limoneros o macetas de barro llenas de menta. El espacio no importa si dispones de los utensilios adecuados. Puedes poner todos los condimentos en una maceta grande colgada en el balcón y, las flores que necesiten más espacio, apoyarlas en el suelo. Ya verás como todo sabe mejor si lo cultivas tú mismo.
Además es una actividad genial para disfrutar en familia y para que los más pequeños aprendan a ser responsables y cuidadosos.
El jardín de invierno suele ser un espacio olvidado pero, si le das una oportunidad, puede ser el lugar más maravilloso de tu hogar.
Al no tener que preocuparte de la lluvia, puedes amueblarlo exactamente como un salón. Asientos cómodos y mullidos, un montón de cojines, luces de interior… Y si hace mucho calor, abres la ventana y… ¡ya estás fuera!
Además, como tienen un aire a invernadero, puedes poner a prueba tus habilidades como jardinero y cultivar frutas, especias, etc. Y en invierno podemos guardar las plantas más sensibles al frío.
¿No tienes espacio para una estantería? Cuelga unos invernaderos en tu pared y úsalos para guardar plantas y objetos decorativos.
Las bolsas de reciclaje no sólo son ideales para guardar arena y herramientas, también pueden convertirse en maceteros muy originales.
Crea un improvisado invernadero colocando las flores dentro de una caja y cubriéndola con una tapa transparente. De esta forma las plantas estarán seguras cuando vengan las heladas.
Para gustos… ¡macetas! Con un poco de ingenio, todo puede serlo: desde latas recicladas, cáscaras de huevo abiertas por arriba o los botes donde guardas las chucherías. Eso sí, recuerda agujerear el fondo para que las plantas drenen el agua que les sobra.
Dale una segunda oportunidad a aquellos objetos que no uses: como este colador que es el complemento ideal para colocar una planta con caída. Además de tener una maceta colgante soltará el agua que le sobre.
Que tus hijos aprendan botánica mientras aprenden a cuidar las plantas es tan sencillo como divertido: clavad un tenedor en las macetas e introducid un papel con el nombre de cada una. Además, ¡el aporte de hierro del tenedor las hará más fuertes!
¿Tienes un huerto urbano o una pequeña plantación? Saca un ramillete de tus cultivos y acomódalo en un saquito hecho con textil. Es un detalle original para regalar a tus visitas y quién sabe, puede ser la primera semilla que les anime a tener su propia zona de cultivo.
¿Eres tan buen jardinero que las plantas trepadoras empiezan a invadir tu terraza? George de la Jungla, volverás a saber por dónde pisas, con esta solución que te proponemos.
Cuelga la percha múltiple en un lateral de tu terraza, sitúa la plata trepadora justo debajo y empieza a enrollar los tallos a través de sus agujeros. No sólo te va a despejar el suelo, además crearás una pieza de decoración muy original.
Algo típico y que queda perfecto es sacrificar algo de tamaño por tener más verde. Rodea todo el borde de maceteros iguales, o incluso crea uno nuevo y llénalo. Le da un aspecto chillout increíble a tu balcón.
Detrás de las sillas o de los sofás, queda perfecto añadir unas plantas altas, que no se vea directamente la pared. ¿Te animas?